Olvidaba como era tenerte en casa
como se sentían tus manos frías acariciándome el rostro
olvidaba como eres capaz de romperme sin aviso
empezaba a olvidar los tonos grises del paisaje.
Perdón soledad, si hoy no fui un gran anfitrión
es qué, con el paso del tiempo, te iba olvidando
olvidaba el miedo a ser libre de andar
y preso del pavor de no tener rumbo fijo.
Tu abrazo frío congela mi pecho
es una alerta de qué nadie vendrá
es un mensaje para nunca olvidar
que debo ser fuerte, aunque me cueste respirar
Tu silencio rebota en las paredes
me hiere los oídos, quiebra mi alma
me hace consciente de mi fragilidad
de mi falta de seguir adentale.
Bienvenida soledad, sé que no podré olvidate.
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