Azul...sabes a azul, tu piel, tu risa, tu mirada sabe azul, poesía, hueles a poesía, a tristeza, melancolía, alegría y sentimientos entre letras, entre olores, no me bastan dos manos para abarcar la gloriosa inmensidad de tu cuerpo, me es insuficiente un solo par de ojos para admirar tu vida corriendo junto a la mía, que corto se me queda el diccionario, que minúscula es la retahíla cuando se trata de plasmarte entre los fragmentos de un corazón ebrio de ti.
¿De qué planeta vienes? Dime, no es posible que seas de aquí, porque quieres con los ojos cerrados y los labios rotos, porque sueñas con la esperanza de un niño y la valentía de un grande, porque haces música con tus pasos al andar y el aire baila con tu pelo un centenar de canciones queriendo jamás descansar.
Perdona marciana, por esto, por escribir a medias y querer completo, perdona por las humildes letras del niño terrícola que quiere habitar el universo de tu espalda, marciana, guardame el secreto de mis besos, luego gritalo si quieres, rompeme, uneme, matame marciana si es que estoy condenado a vivir lejos de tu planeta.
Antes de irnos, quiero que aprendas un poco de mi, déjame mostrarte lo suave que pueden ser mis manos en la mañana y lo bien que sabe el café acompañado de la sonrisa correcta, ven aún tengo un cielo color avellana para compartir, vamos a recorrer cada rinconcito de tierra, cada bordecito de nuestras bocas, cada esquinita de nuestros cuerpos, voy a besar marciana, hasta el ultimo solar de tu cuerpo de luz
No se como acabar pero que buen comienzo que somos marciana, que buen poema que somos...mi azul
